En la asignatura de Educación y Sociedad estamos hablando constantemente de las TIC, su relación con la educación, cómo las podemos usar e incluso muchas de las cosas que hacemos en esta asignatura las hacemos con las TIC.
Las TIC no sólo se usan en la escuela, si no que todos las usamos en nuestra vida privada. Para comunicarnos a través de redes sociales o correo electrónico, almacenar fotos, leer periódicos y revistas, ver películas, etc. Este uso cada vez es mayor. Y viendo todo eso, me ha llamado la atención una cosa: ¿ha afectado la tecnología a las relaciones familiares?
Hoy en día, se puede ver como muchos jóvenes pasan más tiempo con el móvil que hablando con sus familias. Según una encuesta realizada por el CIS en marzo de este mismo año, el 52% de los encuestados consideraba que las TIC han cambiado mucho la vida cotidiana de las familias españolas. Además, el 46% situaban al móvil como dispositivo tecnológico que más ha cambiado la vida de las familias.
Según esta misma encuesta, más de la mitad de los encuestados consideraban que las TIC hacen que los miembros de su familia se aíslen más, se vuelvan más perezosos, desaprovechen o desperdicien su tiempo, se relacionen más con familiares que viven lejos, hagan nuevos/as amigos/as y hablen menos con los familiares con los que conviven.
Todos estos datos reflejan la realidad de las familias españolas. Cada vez más, los padres conocen menos de la vida de sus hijos más allá de la escuela. Incluso, muchas veces los padres se enteran de las cosas que les pasan a sus hijos por redes sociales como facebook antes que hablando con ellos en persona.
Las TIC actualmente tienden a distanciar a las familias, cuando realmente deberíamos usarlas para unirlas más. La medida que se suele usar para evitar que los jóvenes sean absorbidos por la tecnología y se distancien de la familia es la de ponerles un límite de tiempo para el uso del teléfono móvil o el ordenador. Desde mi punto de vista, creo que no es la medida correcta, o por lo menos no su uso en solitario. Más que limitar la tecnología, debe usarse para relacionarse en familia. Utilizarla para el ocio familiar o para educar y ayudar a los hijos. Si implementamos las tecnologías en las relaciones familiares, a los jóvenes les resultará más llamativo el hecho de comunicarse con su familia y no se distanciarán tanto de ellos.
Referencias
Centro de Investigaciones Sociológicas. (2016). Barómetro de marzo 2016. Recuperado de: http://datos.cis.es/pdf/Es3131mar_A.pdf
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